Con la experiencia de haber interpretado superhéroes, Ryan Reynolds enfrentó la pandemia con la adquisición de la marca de ginebra Aviator Gin y del servicio de telefonía económica Mint Mobile, ahora se prepara para realizar la tercera parte de Deadpool, luego de estrenar Duro de cuidar 2 y Free Guy.
Sin embargo, asegura que la popularidad y el glamour de Hollywood no es algo a lo que haya sucumbido.
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“Soy mucho más reservado de lo que la gente piensa. Es verdad que trabajo en una profesión muy extraña, donde la gente tiene esa rara percepción de que tenemos una vida muy glamorosa, pero te aseguro que mi vida es una colección de éxitos y logros, donde también aprendí mucho y no cambiaría ningún fracaso por ningún éxito”.
“El mayor cambio en mi vida fue mudarme a Hollywood, desde Canadá. Fue el paso más grande que di en mi vida y mi carrera. Me dio miedo y estaba aterrorizado. También era muy joven y no estaba preparado, pero demasiado tonto y estúpido”.
Recuerda la percepción de su familia cuando decidió salirse de su casa para trabajar como actor.
“Me apoyaron, hasta cierto punto. Mi padre y mi hermano son policías. No vengo de una familia que quería alguien que pretendía bailar y cantar en Hollywood. Les tomó un tiempo, pero hoy les encanta”.
“Al principio sólo ganaba lo suficiente para pagar la renta. Ahora no vivo para nada extravagante, mis padres me criaron bien como para ser responsable financieramente, sin vivir con deudas. Nunca gasté más de lo que gano. Es muy fácil tropezar en los pozos tradicionales de Hollywood, pero creo que mi éxito en este negocio también fue extremadamente progresivo. Quiero decir que nunca tuve la clase de éxito donde todo explota fuera de control.”
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Ryan Reynolds ha sido parte de Marvel, en 2004, con el personaje de Hannibal King, en el equipo de vampiros cazadores de Blade: Trinity. Luego con el rol de Wade Wilson/Weapon XI en la versión de Hugh Jackman de X-Men Origins: Wolverine. En el 2011, cruzó del otro lado de la competencia, para protagonizar con DC Comics al superhéroe Linterna Verde. Al volver una vez más con Marvel, revivió el rol de Wade Wilson para convertirse en el antihéroe superhéroe tan famoso de Deadpool. En el camino recaudó más de mil 500 millones de dólares en las dos primeras versiones y está por volver a filmar una tercera versión el año próximo.
Antes, estrenará la historia de otro estilo de héroe en la comedia de aventuras Free Guy sobre un cajero de banco que descubre que es parte de un videojuego mundial. Y manteniendo el buen humor en el cine de acción, recién llegó a las carteleras la película Duro de cuidar 2, junto a Salma Hayek, Samuel L. Jackson, Antonio Banderas y Morgan Freeman.
“Hacer superhéroes es una locura. Con Deadpool estaba muy nervioso, casi aterrorizado, pero ahora lo disfruto mucho. Siempre bromeo que nuestro presupuesto con Deadpool es lo que la mayoría de las superproducciones de superhéroes gastan en cocaína (risas). Nosotros no tuvimos 200 millones de dólares para cumplir nuestros sueños, pero convertimos cada dólar en un billete de diez”.
“Cuando llegó la fama aprendí a tomar todo con calma, porque tuve períodos en que también necesité ajustarme y aprender a controlarme a ser siempre respetuoso dentro de un estudio de cine. En vez de escuchar ‘Ah, él hizo un buen trabajo’, yo quiero escuchar ‘quiero trabajar con él de nuevo’. Y aprecio todo lo que conseguí hasta ahora”.
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“Digamos que tuve la suerte de cumplir mi sueño cuando conseguí filmar Deadpool porque es algo que había querido hacer desde hacía décadas. Y ahora que creamos este extraño personaje tan existencial me puedo preguntar “¿Qué diablos hago ahora?” No lo sé. Realmente no lo sé”.
“Ahorita me involucraré en la tercera parte de Deadpoool y después a lo mejor me tome un descanso. Ya estoy grande. Me estoy dando cuenta de eso y a lo mejor me tome un tiempo para interpretar el rol de padre que tanto me encanta.”
Asegura que tiene metas a largo y corto plazo, pero que prefiere ir trabajando poco a poco para lograrlas.
“No he tenido demasiadas vacaciones en mi vida. Nunca las busco. Nunca me senté a tomar una margarita abajo del sol, ni nada parecido, pero me gustaría hacerlo algún día. Por lo general, mis vacaciones terminan siendo mirando comedias de cine, en casa.”
Confiesa que después de haber interpretado personajes muy diferentes en su carrera, incluyendo los superhéroes, ahora elige los proyectos que le entusiasmen y que le impliquen un reto actoral.
Mi carrera siempre ha estado determinada por una total desesperación. Si encuentro algún guion de cierto género diferente, soy el primero en rogar para filmarlo. También me gusta el doblaje porque no tiene techo y se puede hacer lo que uno quiera, en una forma muy extraña. Te diría que hasta Deadpool es un poco como actuar con la voz, también”.
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Confiesa que Enterrado (Buried), en la que compartió con Robert Paterson y Samantha Mathis, es de sus películas favoritas.
“Sobre todo porque fue algo muy difícil de hacer. Todos decían que iba a ser imposible pero me encantó, filmar en Barcelona, adentro de un féretro. Me encantó la película. Y todavía me pregunto por qué filmamos en Barcelona. Podríamos haberla hecho en el living de mi casa, pero yo tampoco soy el que impone las reglas. Nadie lo sabe, pero a mi me dan pánico los lugares pequeños. Tengo un verdadero problema con la claustrofobia, los elevadores siempre me enloquecieron. Y no bromeo. Será por eso que ese estilo de historias siempre me intriga. Lo gracioso es que cuando filmamos en Barcelona, yo era el único que hablaba inglés. Me acuerdo haber gritado un par de insultos y todos me miraron como si estaba pidiendo algo para comer.
Además de su carrera profesional, para el actor nacido en Vancouver su familia es muy importante.
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Estuvo casado con Scarlett Johansson y desde 2012 lo hizo con la también actriz Blake Lively, con quien tiene tres hijas: Betty, James e Inez.
Al ser padre, mis prioridades cambiaron. Es un momento de mi vida bastante emocionante porque tengo que asegurarme que mi familia sea mi primera prioridad, aunque también tengo suerte y agradezco trabajar en una industria donde puedo hacer tiempo para disfrutar a mis hijas, porque el 98% del resto del mundo no tiene esa oportunidad”, finalizó.
Con información de: Excelsior
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