La muerte de John Lennon

Un 8 de Diciembre pero de 1980, John Lennon, una de las estrellas más queridas y admiradas del rock, fue asesinado en Nueva York por 4 disparos en el pecho.

Esa tarde, John había pasado todo el día en el estudio con su esposa Yoko Ono trabajando en nueva música que sacarían a la luz juntos.

Al salir del estudio, Yoko le propuso a John, ir a cenar antes de llegar a su casa, pero John rechazó la propuesta, diciendo que quería llegar a casa antes de que su hijo se durmiera para poder acostarlo él mismo.

John y Yoko estaban a punto de entrar al edificio Dakota en donde vivían, cuando escucharon cómo un hombre llamó a John por atrás, para después dispararle 4 balas por la espalda que atravesarían su pecho sin tocar su corazón.

John perdió mucha sangre y al llegar al hospital, fue imposible para los doctores resucitarlo.

El asesino era un ex guardia de seguridad de 25 años llamado Mark David Chapman, quien estaba presentando problemas emocionales y mentales desde haca ya un tiempo.

Chapman se había convertido al cristianismo poco tiempo antes, lo habían despedido de varios trabajos y por el estrés y la depresión, comenzó a obsesionarse con muchas cosas, como su religión, la música y vida de John Lennon al igual que comenzó a abusar del alcoholismo y leer el libro de J.D. SalingerEl guardián entre el centeno, que luego culparía de haberle metido en la cabeza la idea de matar al ex Beatle.

En la radio, un día Chapman escuchó el comentario de un locutor, que mencionaba que John Lennon era incluso más famoso que Jesucristo lo cual hizo enojar a Chapman.

Después dijo que la razón por la que asesinó a John fue por “autogloria” y egoísmo.

El 8 de Diciembre de 1980, Chapman se dirigió a Nueva York con un plan ya entre manos.

Desde que Yoko y John dejaron el edificio Dakota en la mañana, Chapman ya estaba ahí e incluso se tomó fotos con el ex Beatle antes de que este subiera a su limosina para ir a grabar música con su esposa.

Chapman esperó escondido entre los arbustos a que John regresara y poder ejecutar su plan y acabar con la vida del legendario John Lennon. 

Cuando la tragedia sucedió, Chapman, permaneció en el lugar hasta que fue arrestado por la policía, y se declaró culpable del delito. Fue sentenciado a cadena perpetua, y en la actualidad está encarcelado en el Wende Correctional Facility en Alden (estado de Nueva York) después de haberle sido denegada la libertad condicional en doce ocasiones. 

Yoko Ono sigue viviendo en el mismo edificio y el pequeño Sean Lennon creció con un gran parecido a su padre.

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