Más de cuatro décadas de diversión
Desde 1950 hasta 1985 la juguetera “Lilí Ledy” dio a la infancia mexicana piezas increíbles, que a la fecha son de colección y han llegado al resto del mundo superando los precios de más de 700 pesos por un ejemplar.
Después de la explosiva llegada de “La Guerra de las Galaxia” a México, cientos de espectadores estaban ansiosos de poder tener en sus manos algún juguete, de la espectacular joya de cine, sin embargo, y para mala suerte sólo habían dos opciones para poder tener dichos objetos, poder costearte un viaje a Estados Unidos o tener un pariente en ese país que te mandara una pieza.
Debido a la demanda, “Lilí Ledy” decidio pedir los derechos de autor y los moldes para poder crear las figuras. El éxito estuvo a flor de piel ya que en toda la república mexicana se pudo acceder a las naves y personajes de la película a un precio accesible y con una calidad similar a la que se vendia en el país vecino.
“Wampa negro” de “La Guerra de las Galaxias” fue creación de “Lilí Ledy”, se cuenta que el color oscuro se debio a una errónea interpretación del negativo del producto, que enviaron de Estados Unidos. Actualmente es una especie de Santo Grial de los coleccionistas.
Ese no fue el único éxito de la empresa ya que con anterioridad se habían fabricado las muñecas “Belinda Lilí”, “Rosalinda Lilí”, “Carolinda Lilí” y “Leonora Lilí”, las cuales destacaron por una singular característica. Las muñecas contenían un pequeño disco en la espalda el cual les permitía hablar, condición que patentó la empresa y posteriormente, fue copiado por otra empresa Italiana con el nombre de “Ozen” para sus muñecas “Sebino”.
Utilizando el mismo sistema de voz artificial, lanzarón los “Aventureros de Acción”, la versión mexicana de los “G.I. Joe” que en Estados Unidos eran fabricados por “Hasbro”. Con la innovación crearon al muñeco llamado “Comandante Parlante”, que lo convirtió en un hit de ventas.
Otro punto a favor para “Lilí Ledy” fue una versión mexicana de la aclamadísima “Barbie” bajo el nombre de “Barbara” y “Señorita Lilí”. Dicha adaptación se dio ya que el juguete norteamericano se dejó de vender en territorio mexicano por rompimiento de contrato por parte de “Mattel”. De esta forma los niños mexicanos podían tener al alcance los juguetes que estaban de moda en el resto del globo.
Dentro del acervo, se puede nombrar también el “Hornito Magico”, el cual con ayuda de un foco podía hornear pasteles hechos con harina “Pronto”. No menos impórtate fue el “Espirógrafo” que permitía crear a pluma, figuras geométricas irreales e hipnotizantes.
Dentro del abanico de posibilidades no podían faltar los brillantes autos de ensueño, que también son de colección, como el “Thunderbird Ledí”, Batimóvil,“La Autopista 500 millas”, “Selectrónica Carretera Panamericana” que funcionaban con sistemas eléctricos, luces, contador de vueltas, tecnología que hacia mágico el momento de los niños de México.
Su primer establecimiento de producción estuvo en la avenida Villalongín, colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México. Sin embargo, en 1970 se trasladaron a Tlalnepantla y luego a Naucalpan (en el Edomex), y fue cuando la estadounidense “Grupo General Mills” la poseyó en la última etapa.
Sin embargo todo lo que empieza tiene un fin y para “Lilí Ledy” no fue la excepción ya que dio fin a más cuatro décadas de fantasía en el año de 1985. Los motivos del cierre aún no se han especificado con claridad ya que la familia ha mantenido reservada esa información.
Se dice que la fábrica se quemó, también se cuenta que las instalaciones se cayeron durante el sismo del 1985. También se dice que el sindicato al enterarse de que la empresa era extranjera, el aumento de las peticiones de aumento de sueldo, prestaciones y mejores condiciones para sus trabajadores provocaron el cierre.
Con información de: México desconicido
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