La maldición del edificio Dakota en Estados Unidos

El famoso director de cine Roman Polansky eligió el Dakota para filmar allí un clásico del terror: “El bebé de Rosemary”.

Se dice que mucho antes de que los Estados Unidos declararan su independencia, en un terreno al norte de lo que años después sería Manhattan, practicaba sus rituales un grupo de adoradores del diablo. En ese punto exacto, el 27 de octubre de 1884 se terminó de construir uno de los edificios más reconocidos del mundo: el Dakota, un inmueble sobre el que, pese a su lujo y exclusividad, pende un halo de terror y sangre.

El hombre elegido para construirlo no era uno cualquiera: Hardernbergh, de familia y formación holandesa y alemana, venía precedido por buen prestigio por haber construido el Geology Hall, la Capilla de Kirkpatrick, en New Jersey; el Windsor Hotel, en Montreal, y el “Vancorlear”, primer hotel con departamentos en Nueva York. No serán menores los encargos después del Dakota, ya que hará nada menos que los hoteles Waldorf y Astoria (en cuyos emplazamientos se construiría mas tarde el Empire State), el Williard, el Martinique, entre muchos otros.

Clark, dueño del emporio Singer, encargó el edificio con el objetivo de habitar en él, acompañado por un selecto vecindario, pero no lo pudo disfrutar ya que murió dos años antes de que la construcción finalizar. “En 1881, momento en que comienza oficialmente su construcción, no eran comunes los edificios de departamentos con la envergadura que proponía éste. En la ciudad solo le antecedía uno construido en la década anterior”, relata Bozzano.

El por qué del nombre

Su nombre ya causó cierta curiosidad en su momento. ¿Por qué Dakota? La versión más fuerte es la que cuenta que fue bautizado de esa manera porque en aquel entonces esa zona de la ciudad tenía tan poca población y estaba tan alejada del resto de las edificaciones, que tenía bastante semejanza con el antiguo Territorio de Dakota, ubicado a casi 2800 kilómetros de allí. “Al estar alejado del centro, aseguraba tranquilidad, seguridad y vistas inmejorables. Con sus 9 pisos fue por largo tiempo el único edificio cuya silueta se recortaba inmensa en el lado oeste del parque”, destaca Bozzano.

Originalmente, el Dakota tenía 65 departamentos de 4 a 20 habitaciones, ninguno igual a otro, a los que se accedía por escaleras y ascensores situados en las esquinas del edificio. Algunas salas de estar tienen 15 metros de largo, la mayoría de los techos tienen 4,3 metros de altura y los suelos están entarimados con roble, cerezo y caoba. “En su origen ocupaba una manzana, en dónde se emplazaban también los establos, y mas tarde garaje, jardines y área deportiva. Hoy subsiste solo una parte, y ésta sigue manteniendo el prestigio de antes”, comenta Bozzano.

Desde que abrió sus puertas, ha sido un sitio elegido por personajes reconocidos. La familia Steinway, fabricantes de la famosa marca de piano, fue una de las primeras residentes. Se dice que el músico ruso Peter Tchaikovsky vivió también ahí, al igual que la actriz Lauren Bacall (que fue dueña de un departamento de nueve habitaciones). Entre otros de sus notables huéspedes (actuales y pasados) se destacan John Lennon , Yoko Ono , Judy Garland, Bono , Sting , Rex Reed y Rudolf Nureyev. “Además, también fue residencia de políticos y empresarios de primera línea”, acota Bozzano.

La maldición no tardó mucho en traducirse en sangre. El famoso director de cine Roman Polansky eligió el Dakota para filmar allí un clásico del terror: “El bebé de Rosemary”. Ocurrieron muchos hechos extraños que diezmaron al equipo durante el rodaje. Además, allí se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista, Mia Farrow, y la ruptura de esta con Frank Sinatra.

Pero lo peor llegó el 8 de agosto de 1969, cuando una secta encabezada por Charles Manson ingresó a una mansión de la calle Cielo Drive, en Hollywood, y asesinó a cinco personas, entre las que estaba Sharon Tate, la esposa de Polansky, embarazada de ocho meses y medio.

No solo una, sino varias sectas satánicas habían amenazado a Polansky y le habían dicho que correría sangre si no dejaba de filmar en el Dakota, un edificio que consideraban como un ícono del satanismo. Por desgracia, una de ellas cumplió.

La víctima, que murió en el acto, no era otro que John Lennon, uno de los más grandes genios musicales del siglo XX, que, como se dijo, vivía allí con su mujer, Yoko Ono. La leyenda negra del Dakota, una de las prestigiosas joyas que decoran la Gran Manzana, tenía así una víctima más de la cual alimentarse.

Con información de: La nación.

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